Robin Cook tiene el talento para contar historias sin desesperar. Este es un thriller médico sobre la experimentación en el cerebro de seres humanos. El protagonista es el Dr. Martin Philips quien es una eminencia en radiología del cerebro y participa en un proyecto para el desarrollo de una nueva computadora que pueda realizar diagnósticos a partir de una placa radiológica con la misma exactitud con la que la realiza un ser humano, en esta situación encuentra que ciertos pacientes que muestran el mismo patrón de anomalía en su cerebro y a quienes quiere revisar con mas detalle, simplemente han desaparecido, e inicia una búsqueda donde lo que encontrará es una orquestación de poderes que pueden disponer de sujetos experimentales sin ninguna restricción.
Al terminar el libro, el autor como médico, aborda nuevamente el tema de la ética en la investigación médica como un problema que no es ficción.
Me sentí identificada con las emociones que expone de una paciente que llega sola al hospital, donde la atmósfera así como el personal resultan intimidantes, bruscos e impositivos. Creía que solo yo me sentía así.
"Pensó que la estaban olvidando deliberadamente, como si el personal de la clínica
eligiera ese medio para demostrarle su disgusto..."
