Publicada en 1862, a solo tres años de que Charles Darwin
publicara El origen de las especies, la obra Los niños del agua intenta
reconciliar las inquietantes modernas teorías con lo preestablecido en su
época.
Narrado como un cuento de hadas, extiende la lógica
efervescente de sus años para dar cabida a lo “fantástico”. Es tan
comprensible lo que estaba ocurriendo!, recién el mundo había descubierto que el
hombre no había salido como un ser acabado y perfecto de las manos de Dios, si
no que era el producto del refinamiento de una especie de homínido, que lugar quedaba
entonces para Dios? Qué pánico debió producir esa idea, y cuantas pesadillas!
Por tanto el reverendo Charles Kingsley, quien a través de
su obra lo descubrimos como una persona excepcionalmente culta y educada, crea
una historia maravillosa y espeluznante, para compaginar lo que sabemos que
existe con lo que no sabemos si existe: “Los hombres sabios saben que su
trabajo consiste en examinar lo que existe y no en determinar lo que no existe.”
Esta historia está llena de metáforas, símbolos, moralejas y
preceptos, que se necesita regresar a ella constantemente para descubrir la
intención real, ya el autor advierte en las páginas: "No te molestes en buscar la lógica a un montón de razonamientos"
Esta es la historia de Tom, un niño que se dedica a limpiar
los interiores de las chimeneas, carece de familia y pues de ahí se parte a todas las carencias: comida, ropa, educación.
El pequeño deshollinador Tom, es “esclavizado” por el viejo “Grimes”, una
esclavitud "suave", reconocida y aceptada, pero Tom no sufre por esto, acepta
su condición y tiene las esperanzas en el futuro de los propios de su
condición.
En la primera parte, nos cuenta que Tom acude con su patrón
Grimes a realizar un trabajo en una lujosa villa, ahí el pequeño Tom es acusado
de robo y tiene que huir, atraviesa muchos desafíos hasta llegar a una pequeña
casita que sirve de escuela para los niños buenos, por lo que le niegan la
entrada por su aspecto, más tarde, en un acto en extremo piadoso le permiten
pasar y que descanse en un granero, cerca de ahí hay un río donde Tom irá a
refrescarse e intentar limpiarse, pues ha descubierto que es un ser sucio.
Aquí inicia la parte mágica, pues Tom aun en sus desventuras
siempre ha estado custodiado por un Hada, quien decide que es el momento para
que Tom se convierta en un niño del agua y aprenda lo que es bueno y lo que es
malo porque: "Los niños tienen que molestarse en descubrir las cosas por si mismos; si no, no se harán hombres."
y aunque no hubieras visto ninguno eso no probaría que no existen."