Fue escrita en 1953, y como el mismo autor cuenta, en un clima de censura sobre escenarios antiestadounidenses, que ha sido una suerte que vió una luz que no fuera el fuego del abandono.
Guy trabaja en la estación de bomberos a cargo de Beatty, cada día reciben denuncias, vecinos que denuncian a vecinos que pudieran poseer un libro, Guy está casado con Mildred. Una noche al regresar a casa conoce a Clarisse, delicada como una flor, soñadora como un gorrión y decidida como un volcán.
Esta es la historia de cómo ha llegado la humanidad al desprecio aniquilador de quemar los libros, de olvidarlos, ignorarlos, ahogarlos entre tantos medios, menospreciar sus palabras.
Para mi es una lectura que permanece contemporánea "...llénalos de noticias incombustibles.
Sentirán que la información los ahoga, pero se creerán inteligentes..."
Tengo tantos párrafos subrayados, incluso las declaraciones que parecen mas obvias "Toda mi vida he sido un idiota".
Bradbury tiene una delicadeza poética para narrar "...mientras los libros que aleteaban como palomas morían en el porche y el jardín de la casa...", no abunda en detalles, ni crea escenarios complejos, su escritura se siente como rocío de perfume en el aire.
No me parece una distopía, y el mundo no explota al final, sigue girando como suele hacerlo "No dejes que un torrente de melancolía y filosofía lóbrega invada el universo."
"Un libro en manos de un vecino es un arma cargada. Quémalo"
