Después de leer El misterio del tren Azul, de Agatha Christie


Katherine Grey
ha heredado una pequeña fortuna y aborda el tren azul, donde conoce a Ruth Kettering una rica mujer casada pero que tiene conflictos con su marido y pretende reunirse con su antiguo amante. Katherine también conocerá a Derek Kettering, el esposo de Ruth, y se sentirá atraída por este hombre del mismo tamaño moral que su esposa. En el tren también viaja Hércules Poirot, el famoso detective belga, quien siente simpatía por Katherine y su preferencia por las novelas de detectives.

Ruth Kettering es hallada asesinada y le han robado sus joyas en las cuales iban unos extravagantes rubíes que le había obsequiado su padre Rufus Van Aldin, por lo que éste en compañía de su secretario privado Richard Knighton tienen que trasladarse a la escena del crimen.

Ahí Richard Knighton conoce a Katherine y se enamora de ella a primera vista, Richard es un patriota que fue a la guerra por su país y fue herido dejándole una leve cojera que acentúa su timidez y formas sencillas. Katherine desearía no estar tan interesada en Derek y poder corresponderle a Richard. Poirot ha sido contratado por el padre de Ruth, Rufus Van Aldin para encontrar al asesino de su hija, y se apoyará en Katherine para conocer las verdaderas intenciones de Derek.

El final me sorprendió y me encantó que me diera la vuelta, siento que esta es la historia donde Agatha Christie ya maduró el estilo que desea transmitir, fue publicado en 1928 y es su octavo libro. Dato curioso: el tren azul fue un tren de lujo francés que cruzaba el país de un extremo del canal de la mancha, hacia la otra salida al mar en la costa azul. 




La vida de un hombre bueno puede quedar destrozada por amar a una mala mujer, pero la inversa también vale. La vida de un hombre malo puede quedar deshecha por amar a una mujer buena.